En psicoterapia breve para adolescentes las preguntas de los padres y madres se repiten con frecuencia: ¿Por qué mi hijo no me cuenta nada?

Voy a responderte a esta pregunta, combinado mi experiencia como psicólogo de adolescentes y familia con un poquito de sentido del humor.

Son muchos los motivos por los que tu hijo adolescente no habla contigo. En ocasiones puede ser un síntoma de una situación grave, pero lo más habitual es que no lo sea.

El primero y más evidente es que la adolescencia es una etapa en que lo normal y lo saludable, es que el hijo construya una identidad propia diferenciándose y a veces, oponiéndose a los progenitores.

Esa identidad a veces se construye desde la oposición a los padres. Buscará vincularse más con sus iguales, los amigos y empezará a tener sus primeras parejas sexuales y/o amorosas.

Si un chico de 15 años piensa que sus padres son unas personas interesantísimas sucede algo muy raro en esa familia. No hay nada más inquietante que un adolescente que cumple las normas (Este es un artículo que queda pendiente, en el que explicaré porque es necesaria en algunos casos la psicoterapia breve para adolescentes).

La adolescencia es una época de tránsito entre ser niño y ser joven, donde lo normal es que empiece a tener secretos y relaciones más estrechas con personas ajenas la familia. Eso no significa que tengamos que renunciar a comunicarnos con nuestro hijo, pero sí es necesario que pensemos sobre cómo lo hacemos.

Es necesario tener claro que, si tu hijo cambia y crece, a ti te toca cambiar y crecer también. La modalidad de Psicoterapia breve para adolescentes puede ayudarte en ese proceso.

POSIBLES RAZONES:

 

ERES UN ROLLO.

Es duro… Pero existe una posibilidad de que seas un rollo.

(Sé que sois los padres los que pagáis las consultas de los psicólogos, pero alguien tenía que decíroslo).

¿Piensa por qué te inventas mil excusas para no salir a tomar café con tu compañero de trabajo? ¿Por qué corres los 100 metros lisos para no encontrarte con ese vecino en el portal?

A veces las respuestas son simples: tu compañero o tu vecino es un rollo. Te aburre. Te crispa. A lo mejor, y solo a lo mejor, tú para tu hijo eres un rollo. (Sonríe…nada es tan grave. Hay cosas peores que ser un rollo).

SOLO QUIERES HABLAR DE LO QUE A TI TE INTERESA.

Te recuerdo lo que a ti te interesa: que estudie, que recoja su habitación, que no se drogue, los embarazos no deseados…

Sin duda son temas interesantes e importantes, pero no son –siempre-los temas que más le preocupan a tu hijo o hija. Esta es otra variante de ser un rollo.

TE HUELEN. ERES DEMASIADO DIRECTO.

Si eres de los que creen que decirle a tu hijo: ¡Vamos cuéntame algo! o ¿Cómo te sientes?… ¿Eres feliz? es una buena manera de iniciar una conversación tengo que darte una mala noticia.

Efectivamente. No es una buena idea, es más, suele ser una forma de bloquear la comunicación. Los adolescentes hay que pescarlos al despiste, si perciben que queremos comunicarnos, saldrán huyendo.

Para hablar hay que preparar el ambiente y buscar el momento. Debemos hablar con ellos sin que huelan que les estamos dando la charla (Sinónimos: Chapa, paliza, el coñxxx, la brasa…).

ERES MUY POCO CREATIVO.

¿Qué tal el insti? ¿Tienes deberes? ¿Todo bien? Cuando has escuchado esta pregunta 40 veces según llegas de clase, en el cerebro no se produce ninguna reacción.

Tu hijo oye un eco metálico y lejano… Es tu voz preguntando lo mismo que le preguntaste ayer, y antes de ayer y la semana pasada.

Eco…eco…eco.

(De)…beres…beres…beres…eres…es…

(Ins) …tuto…tuto

DA EJEMPLO: CUENTA TÚ ALGO

A veces puede servir como un disparadero para iniciar una conversación. Pero no es el objetivo. El objetivo es dar ejemplo.

Imagina: un padre o una madre cuenta algo que le paso cuando era adolescente o algo que le ha pasado en el trabajo. Simplemente: lo cuenta.

Lo primero que hace es dar ejemplo. Lo segundo es crear intimidad y mostrar confianza. Y lo tercero es que puede provocar que su hijo le cuente otra cosa.

De todas maneras, no es necesario que te cuente algo en ese mismo momento. Simplemente estás dando ejemplo y enseñándole que lo natural es contarnos cosas cuando estamos en familia

PIDE CONSEJO A TU HIJO.

Es una estrategia poco conocida y muy eficaz. Se trataría de contar algo y pedir consejo u orientación a los hijos. Es sorprendente lo eficaz que resulta.

Consiste en contarle algo a tu hijo o hija algo real que te preocupe. Tiene que ser de un tema ajeno a la familia: algo del trabajo, algo que nos ha pasado con un amigo, etc.

No se trata de abrirse a tu hijo y sobrecargarle con tus problemas emocionales, se trata de contar una preocupación de intensidad media y pedirle orientación. ¿Tu qué harías? ¿Qué piensas? ¿Qué opinas? Le escuchas y callas.

A veces no hay que educar. En el siguiente consejo te explico el porqué.

NO EDUQUES TODO EL RATO.

Lo he comprobado muchas veces hablando con los adolescentes. Os cuento lo que me cuentan.

El resumen seria: No les cuento nada – a mis padres- porque cada vez que lo he hecho me dan una charla o me echan la bronca. Intentan educarme todo el rato.

Este tema tiene mucha miga. Los hijos intentan contarnos una historia sobre algo que les pasa o sienten, y nosotros enseguida queremos contarles una moraleja. Piensa lo cansino que es que alguien te quiera educar todo el rato.

COMETES ERRORES CLÁSICOS DE LA COMUNICACIÓN.

Son muchos los errores de comunicación que se comenten habitualmente en las familias:

  • Interrumpes y no dejas hablar.
  • Haces discursos largos.
  • Ofreces soluciones sin que te las pidan.
  • No eres claro y das mil vueltas a los temas.
  • Rechazas lo que siente el otro o lo minimizas -ya será para menos-.
  • Quieres siempre contar “tu historia”
  • Te repites
  • Pones etiquetas a los demás cuando hablas -eres un vago, eres un flojo…-
  • No sabes hacer preguntas sobre la parte importante de la historia que te están contado.

Cuando alguien comente estos errores de forma frecuente lo más normal es que tu hijo o hija no quieran hablar más contigo.

Vamos a buscar soluciones.

  • Evita cometer los errores clásicos de comunicación.
  • “No eduques” a la mínima oportunidad. Ya te he explicado los motivos.
  • Pídeles consejo (será divertido).
  • Da ejemplo contando algo.
  • Intenta ser creativo con tus preguntas y sorpréndeles.
  • No seas directo al principio. Qué no se te note que quieres hablar con ellos. Te huelen.
  • Intenta hablar sobre cosas que también le intereses a ellos.
  • No seas rollo. Cansino.

Espero que este artículo te dé algunas pistas sobre cómo mejorar la comunicación con tus hijos o hijas adolescentes. Ya sabes que en estos artículos te ofrezco orientaciones generales y siempre incompletas o matizables, psicoterapia -breve para adolescentes-  o en las consultas puntuales puedo darte orientaciones más personalizadas. Si quieres hacerme algún comentario a este artículo estaré encantado de responderte.

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Soy Experto en Psicoterapia Breve Individual y de Pareja. Licenciado en Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y Master en Sexología por la Universidad de Alcalá. Estoy acreditado oficialmente como Psicólogo Experto en Coaching (PsEC)® Nº 69 Madrid. Hago Psicoterapia Breve Centrada en Soluciones en consulta privada, doy clases y escribo. Si quieres más información estaré encantado de atenderte.

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