Fotograma: Los siete samuráis (1954) dirigida por Akira Kurosawa.

A los espartanos se les educaba para no irse por los cerros de Úbeda, en su caso para no irse por los cerros de Laconia. Yo cuando escribo ya sabéis que no soy Espartano y me gusta darme un paseo hasta llegar a puerto. Me tira Úbeda y sus cerros.

¿PASEAMOS?

Me voy al 480 antes de Cristo. Estoy en la antigua Grecia en la Península del Peloponeso.

Los de Laconia eran conocidos por sus frases breves y porque no se andaban por las ramas. El laconismo se define como una forma de expresarse breve y concisa, usando con ingenio las palabras justas.

LEÓNIDAS: EJEMPLO CLÁSICO DE LACONISMO

Leónidas en la batalla de la Termopilas cuando el “negociador” de Jerjes I del Imperio Persa le exige que se rinda y entregue sus armas, el espartano según el historiador Plutarco le espeta la famosa frase de: “Ven y cógelas”. A su espalda, solo había 299 espartanos, frente a un ejército de miles de persas.

Si quieres decir este pedazo de frase en griego di: Molon labe (Μολὼν λαβέ). La verdad es que quedaría genial en una camiseta.

El historiador romano Heródoto relata otra anécdota que también muestra la actitud espartana. Cuenta que Diéneces, uno de los trescientos guerreros espartanos al conocer la amenaza de los persas de cubrir el sol con sus flechas, dijo con ironía:

Así no nos molestará el calor. Podremos luchar a la sobra.

Pero ¿de dónde venia un espíritu tan recio? ¿esa mezcla entre castizo madrileño y griego de tono épico chulesco y hetero-básico? #vivaeladjetivo

VALORES DEL ESPARTANO

La educación espartana era clara: ser soldado si eres niño y parir más guerreros si eras niña. Eran muy de chocolate espeso. Todo muy clarito.

A los niños pequeños se les criaba sin mimo, sin permitirles una sola rabieta. Desde los siete años a los veinte se les alejaba de sus madres. En ese periodo ingresaban en una especie de cuartel, quedando bajo la supervisión de un tutor militar o paidónomo al que le debía obediencia absoluta.

Era una mili para niños y adolescentes a los que no se les preguntaba eso de: ¿pera o manzana? o ¿tú que quieres ser de mayor? Y mucho menos eso de: ¿Y qué te hace sentir…?

Las emociones o debilidades se tragaban como se traga uno una cucaracha. “Todo para adentro”.

Siempre que imagino a un soldado espartano me lo imagino bajo la lluvia. Lo imagino impertérrito, como si la lluvia no existiera. Como si no tuviera frio. Como si no estuviera cansado.

Se les hacía pasar mucha hambre. Muchas flexiones, golpes y crueldades varias que daban como resultado unos guerreros de raza.

La filosofía de vida estaba basada en la disciplina, la austeridad y la sencillez.

No había lugar para el hombre blandengue, ni para la sensibilidad. En aquel tiempo de la recia Esparta, Alex Ubago, David Bisbal o Luis Miguel, hubieran muerto. El Fary, no habría llegado a la jura de bandera.

Si alguien se pusiera a cantar el Imagine de John Lennon…se lo cargarían a garrotazos.

Seguramente a mí me “descartarían” también en el primer año de mili. A veces soy un ñoño y le doy demasiadas vueltas a la cabeza, mareo la perdiz y me pregunto a qué huelen las nubes. (Lo de las nubes es una referencia humorística y viejuna de un anuncio de compresas).

Un buen espartano era conciso, claro y breve.

Como no soy historiador ni un experto en la materia, ni es el objeto de este artículo hablaros sobre la apasionante Esparta, lo dejo ya.

A veces me flipo por todo lo que ha pasado en este mundo. El ser humano y la diversidad de sus valores, creencias o filosofías de vida no dejan de asombrarme.  Además de ñoño, soy un intensito. ¡Ufff! ¡no me aguanto!.

Solo parto del arquetipo espartano para contar lo que quiero contar.

¿VALORES FÉRREOS?

Puedo afirmar, que los espartanos no iban al psicólogo, no solo porque no hubiera, sino por otro motivo.

No puedo afirmar cuál era su estado de ánimo, pero mi experiencia me dice que las personas que tiene claros sus valores, y actúan alineados con ellos, tiene pocos conflictos íntimos. El conflicto interno surge de una lucha entre dos fuerzas, si solo hay una, la lucha no es posible.

Las sociedades “sectarias” prometen la ausencia de conflictos íntimos a cambio de seguir las reglas.

Cuando los valores son claros el destino se sobrelleva de manera más ligera. Haces lo que tienes que hacer. La obediencia es a veces una liberación. Te libera de pensar. Si eres hombre serás soldado, si eres mujer parirás guerreros. No hay luchas sincréticas.

NOTA: Si te mola la palabra sincrética, no te pierdas mi artículo: 22 IDEAS: SEXUALIDADES DE IZQUIERDAS Y DERECHAS

¿CUÁL ES EL EFECTO SECUNDARIO DE VALORES TAN RÍGIDOS?

El efecto secundario de la medicina llamada “valores férreos” y de la obediencia a los mandatos es que la esencia más bella y creativa del ser humano se pierde.

El cuestionamiento, la lucha, la duda ética, es un motor; es el mejor motor. La fuerza creadora de una tesis y de su antítesis, luchando en un ring de boxeo.  La diversidad de pensamiento. La pregunta. Los golpes sobre un argumento y la defensa del contrario. ¡Pelea! #risas

¿La falda hasta los pies? ¿La falda a la altura del cachete del culo? Dio como resultado la falda rodillera ¿se entiende? Tesis y antítesis, dan lugar a otra realidad faldera.

Fue la lucha entre la falda tobillera, y la falda minifaldera, lo que dio como resultado una nueva falda. Sin la lucha esa falda tan intermedia no hubiera sido posible.

SI TODO EL MUNDO PIENSA LO MISMO, NO HAY AVANCE

La marginalidad intelectual es el mejor de los motores. Los extremos permiten la aparición de puntos medios razonables, vivibles…eficaces.

La radicalidad, lo perteneciente a la búsqueda de la raíz, a pesar de la mala prensa del término, es el punto de partida del avance. La acepción siete de la palabra “radical” en la RAE es Perteneciente o relativo a las raíces. La RAE manda.

Sin raíces no hay planta.

Para vivir bien, abogo por la moderación, por la flexibilidad, por la imperfección, incluso para observar la radicalidad.

Cuando los valores sociales son inamovibles, la naturaleza creativa y librepensadora del ser humano se pierde.

Se pierde la belleza de los espíritus marginales, se pierden las mentes emancipadas de los medios de control. Se pierde el valor del hombre extraño.

Se pierde la anormalidad en su significación más divina. La rareza, la paradoja… la desobediencia indómita a la maldita norma.

Sigo mi diálogo y me contradigo, porque la contraargumentación te permite buscar la verdad, para una vez que crees llegar a ella, volver a contradecirte.

Nota:

¿Es la duda un valor?

Claro que lo es.

TENER LOS VALORES CLAROS, AYUDA A VIVIR.

Ya sé que parece que acabo de plantear lo contrario.

Lo matizo.

TENER LOS VALORES CLAROS, AYUDA A VIVIR, SI LOS HAS ELEGIDO TÚ.

Lo matizo.

TENER LOS VALORES CLAROS, AYUDA A VIVIR, SI LOS HAS ELEGIDO TÚ Y ACEPTAS EL CAMINO DE LA IMPERFECCIÓN

Lo ideal es que los valores más que una herencia cultural o una imposición familiar, sean una “elección” consciente fruto de una reflexión pausada.

Es decir, si eliges ser Espartano te irá mejor que si tu entorno te impone serlo.

Creo que lo valores, en la medida de lo posible, deben ser elegidos y por qué no, entrenados.

El valor es un principio rector que guía nuestra conducta, pensamiento y actitud.

PARARSE A PENSAR UNA VEZ, PARA NO ESTAR REPENSANDO TODO EL RATO.

Soy partidario de pensar, para después darse unas vacaciones de pensar. Pensar cansa, por eso piensa una vez, para después, descansar.

Para pensar hay que hacerse buenas preguntas.

A veces las mejores preguntas son “sencillas”.

Y la pregunta es:

¿Cuáles son mis valores?

Pero para descubrirlos, es necesario preguntarse otra cosa:

¿Qué valor ha guiado esta conducta concreta?

¿Qué valor(ES) me está(N) guiando?

NO CAER EN LA TENTACIÓN

La tentación puede nacer en las cuatro esquinas del cuadrilátero de la pregunta: ¿Cuáles son mis valores?

ESQUINA: MIS VALORES SON…

La primera tentación es decir cuatro o cinco valores que suenen bien y pasar a otra cosa. La típica lista de tío bienqueda.

Valores que nos gusta pensar que tenemos, pero que son mentira.

Me ha venido a la cabeza una imagen de alguien que copia en el examen.

Repites la respuesta deseable socialmente. No vale. Se siente.

ESQUINA: MIS VALORES CAMBIAN…

La segunda tentación, es sonreír cínicamente y decir eso de “yo no tengo valores”.

Decir eso: Estos son mis principios, si no les gusta tengo otros, atribuida falsamente a Groucho Marx. La dijo otro, antes y en Australia.

Si tus valores cambian según el contexto, tu valor podría ser el del pragmatismo, la adaptabilidad, el interés propio, la tendencia a buscar la utilidad, más que la búsqueda de la teorización o el Bien en mayúsculas.

ESQUINA: LOS VALORES QUE ELIJO SON…

Y la tercera, muy común, es la de ¡venga voy a buscar una lista de valores en Google! Y elijo los que yo creo racionalmente que son los míos.

Naturalmente que hay que tener “vocabulario” para describir los valores, pero los valores no funcionan como una compra en Amazon.

ESQUINA: MIS VALORES SON LOS DE LOS SAMURÁIS…BUENO NO…LOS DE LOS ESTOICOS.

Una subvertiente de esta tentación de buscar en una lista es la de buscar los valores de una gente molona y decir, pues yo igual.

Por ejemplo, mis amados estoicos perseguían los cuatro valores: sabiduría, templanza, justicia y coraje. La verdad es que así juntos molan mazo.

Los samuráis que son la caña tienen siete valores. Gi (justicia) Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. …Rei (respeto, cortesía) ...Yu (Valentía) ...Meiyo (honor) …Jin (Empatía y compasión) …Makoto (honestidad) …Chuugi (lealtad).

Tampoco es una buena idea. Recuerda cada mañana al despertar repetir diez veces:

No soy un samurái.

No soy un samurái.

Claro que son siete buenos valores, y que todos son imprescindibles para hacer terapia, para vivir y para casi cualquier empresa que te propongas, pero son ajenos a ti. No eres un samurái y yo no soy Séneca.

Rubens, La muerte de Séneca, 1612, Museo del Prado,

Rubens, La muerte de Séneca, 1612, Museo del Prado

Resumiendo: Tú tienes valores. ¿por qué no dedicas un par de semanas a pensar sobre ellos? ¿Por qué no los revalúas cada cierto tiempo?

A veces parece que digo tonterías, pero quiero deciros que ninguna entidad te da un carné de estoico o de samurái. Ser estoico o samurái va más allá de seguir una serie de reglas o códigos de conducta, son caminos, luchas diarias…es aceptar la imperfección.

Se puede ser estoico en una situación, pero no es viable ser estoico toda una vida.  Abrazar unos principios, es abrazar un camino de imperfección.

La imperfección es el único camino posible.

Aceptar con serenidad que no siempre somos quienes deseamos ser.

¿PERO CÓMO LO HAGO? ¿CÓMO DESCUBRO MIS VALORES?

Me ha venido a la cabeza esa película ochentera que hacía furor en mi adolescencia: Aterriza como puedas (1980). A mí no me hacía gracia; tenía que dejar constancia en algún lugar. ¡qué horror de película! “#Cheeeck”.

Pues eso, busca tus valores como puedas. Pero el punto de partida es tu conducta, el manejo de las situaciones. No son los valores que declaras, sino los que prácticas, en especial, si no hay público para que te aplaudan.

Los valores se esconden en tu día a día, habrá que ir levantando piedras y mirar que hay debajo.

¿Qué valor hay detrás de eso que haces? ¿Qué valor guía tu conducta?

¿Son estables en el tiempo?

¿Cómo te comportarías si nadie te viera?

Imagina esta escena.

Imagina a un abuelo y a su nieto de cinco años. Están cogidos de la mano.

Están en un paso de cebra, frente a un semáforo en rojo. No pasa ni un solo coche.

El nieto, dice: Abuelo ¿Por qué no cruzas?

El abuelo dice: El semáforo está en rojo.

El nieto dice: Pero no hay nadie. Nadie nos ve.  ¿Por qué no cruzamos?

El abuelo dice: Me veo yo.

¿SE PUEDE ADQUIRIR UN VALOR?

Sí, pero recuerda no te van a dar un carné, ni un título acreditativo. Ni de estoico, ni de samurái.

Es decir, imagina que quieres “adquirir” un valor. Por ejemplo, el de la Sabiduría.

Pues toca: pico y pala, hasta la muerte.

Tiremos de los cuatro valores estoicos.

¿QUÉ HARÍA…?

¿Qué haría una persona sabia?

¿Qué haría una persona templada?

¿Y alguien justo?

¿Y con coraje?

 Y qué haria si también tuviera…

¿sentido del humor?

Pues ya sabes, pico y pala, los valores no se compran en Amazon.

Los valores son diarios, pico y pala…hasta la muerte.

También en las Termópilas. También en las autovías. En los supermecados…

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Soy Experto en Psicoterapia Breve Individual y de Pareja. Licenciado en Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y Master en Sexología por la Universidad de Alcalá. Estoy acreditado oficialmente como Psicólogo Experto en Coaching (PsEC)® Nº 69 Madrid. Hago Psicoterapia Breve Centrada en Soluciones en consulta privada, doy clases y escribo. Si quieres más información estaré encantado de atenderte.

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