Para hacer terapia debes creer en algunas cosas, estar seguro de cuatro o cinco cosas que para ti son verdad. Te cuento varias cosas en las que creo. Lo hago como un ejercicio de transparencia por si alguien está pensando en llamarme, creo que es lo justo.
Lo hago a mi manera y creo que repito mucho la palabra “creo”. ¿Es este artículo es un Credo?
CREO EN LAS PREGUNTAS.
También creo que las respuestas que nos damos a veces son mentira.
También que mentirse a veces es necesario y “normal”.
Creo que la gente acude a terapia a decirse la verdad.
CREO QUE LO OBVIO ES LO MÁS IMPORTANTE.
Las personas nos resistimos a las preguntas más obvias.
Lo obvio es lo más complicado de ver; lo más difícil de decir.
Responder con claridad es un buen regalo que te puedes hacer. Decir lo obvio, lo que sabes, “cura”.
CREO EN LOS RESÚMENES.
Creo que resumir en terapia puede ayudarnos. Creo que sienta mejor comer a la carta y no mucho, que atiborrarse en “los bufés libres de psicología”.
Opino que a veces nos perdemos en los detalles, que la “verborrea” sirve para ocultar lo qué pasa, lo qué quieres, lo que te ayudaría…
Hablar mucho sirve para no decir lo que hay que decir.
Las frases breves son mejores que las largas.
Una frase breve es esclarecedora.
TENER UNA FECHA TOPE AYUDA
Creo que limitar las sesiones en terapia ayuda a que la gente diga lo que tiene que decir y a ponerse las pilas.
Estableciendo una fecha de finalización en terapia también aprendemos que la vida es breve y suficientemente larga. (Lo decía ya Séneca).
La duración de la vida y la terapia, si todo va bien, es suficiente.
Creo que la terapia breve es una metáfora del ciclo vital. La (buena) vida y la terapia tienen principio y fin. Toda buena novela, debe finalizarse, cerrarse.
Los Soprano es una serie maravillosa porque tiene un principio y un final, si fuera eterna no seria maravillosa. (Te guste más o menos su final).
Lo vampiros, inmortales ellos, suelen deprimirse. (véase la conocida “Entrevista con el Vampiro” y la menos conocida, “Solo los amantes sobreviven”).
La mortalidad, da sentido a la vida y a su inicio. (Véase el pensamiento estoico)
EL TIEMPO ES IMPORTANTE.
(No he dicho que es oro, el oro no es tan importante).
Creo que esta frase es una obviedad, pero que la solemos olvidar. El tiempo forma parte del mundo de los adultos y creo que, al psicólogo, además de ir a decirnos la verdad, vamos sobre todo a ser adultos.
Vamos a terapia “infantiles” y si todo va bien salimos “maduros”.
Repitiéndome: A terapia vamos “pequeños” y salimos “mayores”. Mayores para bien.
Los adultos miran el reloj. Saben leer la hora.
Decir «tenemos todo el tiempo del mundo es cortés», pero estúpido.
Decirte, «la vida es larga, ya se arreglará», es quizás demasiado complaciente.
LA TERAPIA TIENE FASES Y UN FINAL.
Creo por experiencia que la buena terapia debe tener un método, unas fases.
Creo en Aristóteles cuando decía eso de planteamiento, nudo y desenlace.
El griego hablaba de cómo se construye una historia, pero es que también la terapia es una historia. Una historia con planteamiento, nudo y desenlace.
Sin desenlace, sin un final, es el tiempo el que cura, y no la terapia.
CREO QUE LA TERAPIA Y LAS BIOGRAFÍAS TIENEN UNA ESTRUCTURA.
Si sale bien, que suele salir bien, la terapia breve tiene la estructura del Viaje del Héroe, tal y como le describe Joseph Campbell.
El Viaje del Héroe (o monomito) es un término acuñado por el antropólogo estadounidense especializado en mitología para definir las fases de los relatos épicos universales.
Podríamos decir que a terapia van los héroes, que no saben que lo son, pero lo son, porque terminan haciendo El viaje del héroe.
La terapia tiene o debe tener estructura y la biografía, quieras o no, la tiene. Una repetición de dinámicas. Capítulos. Hitos.
NOS REPETIMOS IRREMEDIABLEMENTE
Repetimos las emociones, los pensamientos y las conductas.
Las dinámicas y las relaciones se repiten. Cambian los detalles, y aunque suene mal, los detalles no son siempre tan importantes. Da igual si estabais en la cafetería del IKEA o en un todo incluido en Cancún o limpiando la casa.
“A” no quiere vivir con “B”
“B” suele rechazar sexualmente a “A”
“A” está triste.
“A” cree que “B” puede cambiar.
“B” se siente presionado por “A”
“A” duda sobre si debe seguir con “B”.
“B” se bloquea al ver a “A” tan triste.
“A” se hace preguntas.
“A” está bloqueado…
“A” acude a terapia.
CREO EN EL SUBRAYADOR FOSFORITO PARA SUBRAYAR LAS FRASES DE “A”
Hay detalles que importan y otros no tanto. Hay que saber subrayar.
Cómo cuenta las cosas el cliente, importa. Las palabras que elige, las lógicas ilógicas que crea. En subrayar, en separar el grano de la paja, está el arte de la terapia.
Creo que una parte de los discursos de los clientes de terapia breve deben subrayarse, en fosforito, a lápiz o a boli. Que el psicólogo debe dominar el arte de subrayar las mejores frases del cliente.
Encontrará perlas.
Subrayará:
- Su dolor, la queja y el lamento.
- Pondrá en negrita lo que le ayuda a curar la herida.
- Apretará el lápiz bajo las frases que le ayudarán a no hacerse más daño.
- Y en mayúsculas las frases que le hacen aceptar la realidad.
- En verde limón los principios y valores que le guiarán al finalizar la terapia.
- Etc.
Cada maestrillo tiene su librillo. El terapeuta debe subrayar. No te cuento todo.
CREO EN LA ACEPTACIÓN DE LA REALIDAD COMO PREMISA.
Creo que la verdad nos hace libres.
Que la verdad se puede resumir y esquematizar.
SÉ QUE DUELE CONOCER EL PUNTO DE PARTIDA.
Creo que la verdad a veces duele, pero también es un buen estimulante. Como dice Serrat: Nunca es triste la verdad / lo que no tiene es remedio.
Que sin verdad, sin aceptación, no se puede iniciar el camino.
Que para iniciar un viaje (terapéutico) debes saber dónde estás…VER qué te pasa. Debes saber dónde quieres ir y quién quieres ser por el camino.
CREO QUE TODO SE PUEDE APRENDER (AL MENOS A NIVEL USUARIO).
Creo que las competencias se aprenden y se entrenan; es necesario medir primero tus fuerzas; contar y organizar las provisiones.
Si piensas en el futuro, visualiza al menos tres escenarios. Bueno, malo y regular. Seguro que aciertas.
CREO QUE NO HAY QUE SER NI OPTIMISTA NI PESIMISTA…SOLO REALISTA.
El pensamiento positivo es una dictadura ineficaz. Los unicornios no existen. Puede ser que sobre las nubes luzca el sol, pero llueve, me estoy mojando y tengo frío.
“Muerte a míster guanderful”.
Verlo todo negro es aburridísimo. Ser un nubarrón cenizo todo el día cansa.
Ser realista, mola.
(Y esta frase cabe en una camiseta).
Las frases que caben en una camiseta son las mejores.
Pulo la frase para que se lea de lejos: SOY RELISTA Y MOLO.
La verdad cabe en una camiseta.
SI NO VIENES A TERAPIA, QUE NO ES OBLIGATORIO, TE ANIMO A:
A preguntarte lo que te dé la gana sin miedo. Responde en la versión corta.
Por ejemplo: ¿Qué quieres?
Responde y di lo que quieres.
Te animo, inspirado por Séneca, a que elijas un puerto, así podrás saber si el viento es favorable. Cuando ves con nitidez la ruta, el camino no es tan complicado.
Los mapas y las hojas de ruta facilitan los viajes. Los mapas no son los territorios, pero ayudan.
Es sorprendente lo lejos que están las montañas y lo cerca que están después de media hora andando.
Creo que un psicólogo debe ayudar solo en un trecho del camino, orientarte, advertirte de algunos peligros y dejarte solo. Es tu vida.
De la mano solo debemos ir un rato. Creo.
¿A DÓNDE VAS? ¿QUÉ QUIERES? ¿QUÉ NECESITAS?…
Recuerda a tu maestra de EGB, diciendo: Lee bien la pregunta, te la sabes.
A veces una frase nos salva el culo.
CREO EN EL PODER DE LAS PALABRAS
Creo en las palabras porque queramos o no, vivimos en el lenguaje.
Existimos, gracias a que existe el concepto existir. Sin leguaje tan solo seriamos amebas .
Sin narración no hay vida y sin vida estás muerto.
A VECES NOS SALVA UNA PREGUNTA. UNA PREGUNTA TONTA, UNA QUE PARECE FÁCIL.
Por ejemplo:
- ¿Cuál es mi horario?
Saber cúal es tu horario de trabajo con claridad, puede salvar tu vida personal. Puede cambiar tu identidad de “sirviente siempre disponible” a “trabajador con jornada y derechos”. Quizás si supieras tu horario tendrías todavía pareja.
Parece fácil y lo es, pero eludimos las respuestas. Interrogaté y no te vayas por los cerros Úbeda.
Responda a la pregunta espeta el fiscal.
- ¿En qué consiste mi trabajo?
- ¿Quieres separarte?
- ¿Lo deseo o lo necesito?
- ¿Quiero renunciar a mi deseo? (a lo mejor no)
- Si no tuviera este problema ¿Qué haría?
- ¿Cuáles son mis principios?
- ¿Qué quiero enseñarle a mi hijo/a?
- ¿Por qué me enfada tanto…?
- ¿Qué es mejor?
- Etc.
A estas preguntas le faltan contexto. Eso lo pones tú.
Recuerda a tu profesora de EGB.
Te sabes la respuesta.
Es fácil responder.
Solo tienes que leer bien la pregunta y decir la verdad.
Y la verdad cabe en una camiseta.
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