La gente dice: Todo sucede por algo. Esta frase a veces se dice con la mirada perdida y un tono de voz que roza el misticismo esotérico.
Creo que decir “todo sucede por algo” con ese tono de voz profético, es un mal pensamiento y que no te ayuda a tener una visión realista de por qué suceden las cosas.
Mi intención es hacerte re-pensar, a veces hacerte sonreír, y al final del artículo hacerte una propuesta.
Primera tesis: FUNCIONAMOS “EN AUTOMÁTICO” y también cuando percibimos las causas de un suceso.
La mayor parte de las cosas que hacemos, las hacemos sin ser plenamente conscientes; conducimos, hablamos, pensamos o nos besamos, sin consciencia de estar haciéndolas.
No pensamos: ¡Venga! ¡A besarse! ¡Mueve la lengua para la izquierda! ¡Ahora a la derecha! Simplemente nos besamos.
Tampoco pensamos: ¡Venga! ¡Vamos a pensar! Simplemente: pensamos, y a veces pensamos mil cosas a la vez y de manera automática.
Uno de esos pensamientos automáticos es atribuir la causa de un suceso a algo o a alguien. Imagina que has logrado algo, puedes pensar y/o decir de manera irreflexiva:
- Opción A: He tenido suerte.
- Opción B: Me lo he currado.
Segunda tesis: VIVIR, ES CONTARNOS UNA HISTORIA.
Todos nos contamos una historia, en la que hay culpables o inocentes de las cosas buenas o malas que nos suceden.
Esa –historia, narrativa, cuento…- de nuestras vidas es una pieza clave en nuestro bienestar psicológico, y determinará la motivación para coger (o no) las riendas de tu vida.
¿De qué vale luchar si el destino está escrito?
Tercera tesis: TU TIENES LOCUS…Dónde, es la cuestión.
Cuando un cliente viene a verme por primera vez una de las primeras cosas que hago es ver dónde tiene el locus.
¿Qué cómo lo busco? No lo miro de arriba abajo con cara rara, no hace falta pasarle un test y tampoco uso la máquina para ver el color del aura (lo último es broma)… simplemente le escucho unos diez minutos y ya sé dónde tiene el locus de control. Te he dado la primera pista: Locus de control. ¿Dónde sitúa el control de lo que le sucede?
No hace falta ser muy listo para ver dónde está, es tan fácil que lo puede hacer hasta un psicólogo.
Para explicar qué es el locus de control, te invito a que te imagines un foco de luz, de esos que se utilizan en los espectáculos para iluminar a una cantante, a una domadora de leones o a una actriz recitando un texto. El escenario está a oscuras, y el foco ilumina a alguien o a algo.
¿Veamos dónde tienes el locus? (Concédete al menos 15 segundos para pensar la respuesta)
Ahora pregúntate, cuando te sucede algo bueno o malo ¿Dónde pones el foco de luz? ¿Quién o qué es el responsable? ¿Dónde se proyecta el chorro de luz? ¿Qué parte de la escena queda a oscuras?
- Algunos diréis: tuve suerte, me ayudó menganita.
- Otros diréis: trabajé duro, me esforcé y lo conseguí.
Piensa en alguien que ha tenido éxito económico ¿A qué atribuyes la causa? Puedes pensar:
- Seguro que viene de buena familia.
- O bien, es una persona capaz de generar buenas ideas, ha sabido aprovechar las oportunidades.
De manera automática atribuimos la causalidad de lo que sucede, a factores que están dentro de las personas o que están fuera. Por lo que podemos concluir que el locus puede ser interno o externo.
Cuarta tesis: las personas de éxito tienen el LOCUS interno.
Thomas Jefferson –presidente americano y persona de éxito– , decía:
«Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo».
Las personas de éxito, tienen el locus de control interno. No creen en la frase: todo sucede por algo o la vida pone a las personas en su sitio.
Habría que preguntarnos qué es el éxito, pero por no extendernos te propongo definirlo cuando las necesidades básicas están cubiertas de una manera generosa en lo afectivo, en lo familiar, en lo social, en lo laboral, en lo económico y en lo espiritual. Son personas que se sienten satisfechas, sin demasiado estrés, con una sensación de sentirse realizada, etc.
Las personas de éxito atribuyen sus victorias y sus fracasos a factores internos:
- CREEN QUE EL ÉXITO DEPENDE DE SU ESFUERZO. Si trabajo duro, tendré más probabilidades de éxito.
- TOMAN DECISIONES: Si elijo bien con quien me relaciono, tendré buenos amigos y buena pareja.
- SON LÓGICOS: Si me cuido, tengo más probabilidades de tener buena salud.
- APRENDEN: Este negocio salió mal porqué no contemplé este factor –la próxima vez lo haré mejor.
Locus de control interno y externo, y su relación con la autoestima.
Cuando tienes el locus de control interno tienes una percepción de que lo que sucede, es efecto de tu propia acción, hay una percepción de que controlas tu vida a través de tus habilidades, tu esfuerzo y tu responsabilidad. Esto hace que tengas una buena autoestima.
Si tu locus de control es externo la percepción que tendrás es que los eventos ocurren como resultado del azar, el destino, la suerte o por la intervención de otras personas. Esto hará que tengas una mala autoestima.
La percepción, cuando tu locus es externo, es que no tienes demasiado control sobre tu vida y que los eventos, no tienen relación con lo que has hecho, o dejado de hacer. Atribuyes tus méritos principalmente a otras personas o a la casualidad o a ese factor mágico que encierra la expresión: Todo sucede por algo.
Algunos ejemplos de atribución ¿A quién echo la culpa? ¿A lo interno o a lo externo? ¿A lo que hago o al destino?
He cogido dos kilos.
- He comido un poco más de lo habitual y me he movido menos.
- El trabajo me mata, cuando llego a casa lo único que me calma es comer.
Los fines de semana son un rollo.
- Sería bueno que me apuntara a alguna actividad.
- Mi pareja es un muermo, nunca quiere hacer nada.
Soy feliz con mi pareja.
- He sabido elegir alguien compatible y hemos sabido enfrentar juntos las dificultades.
- Tuve mucha suerte al sentarme a su lado en aquel autobús Madrid- Cádiz.
(Observas a tu amigo Rodrigo Gil de Biedma llegar en un cochazo a buscarte). Piensas:
- Menudo coche tiene. (Y se te queda la mente el blanco)
- Menudo coche tiene el muy “c****”… Cómo se nota quién es su mamá y su papá.
Una crítica a las TEORÍAS del locus: diferencia entre la PERCEPCIÓN de la realidad y la realidad.
Parece evidente que tener el locus de control interno es más saludable, más chachi y más piruli. Si tienes el locus de control bien dentro, serás más responsable y menos llorón.
Cuando uno se hace responsable de lo que le sucede, se vive de forma más tranquila y equilibrada, y a nadie le amarga tener una placentera sensación de control.
Si tienes sobrepeso, es porque ingieres más calorías de las que gastas, si te suben el sueldo es que eres un buen profesional, si te va bien en la pareja, es que elegiste bien…
Pero a veces la vida es más compleja que estos ejemplos, a veces a un buen trabajador le bajan el sueldo porque cambian las condiciones de la empresa, o alguien hace una elección meditada de la pareja y al final le sale rana, o puedes trabajar muy duro y no tener éxito…
Recuerda que el locus nos indica cómo PERCIBIMOS la realidad, pero ¿Qué es real?
Me da mucho miedo la cultura de atribuir el éxito o el fracaso, a factores únicamente individuales. Los malos psicólogos, la autoayuda, los gurús, los malos coach han contribuido a perpetuar esta idea.
Si te va bien, lo has hecho bien. Si te despiden, la culpa es tuya. Si tienes dinero, es que eres una mente brillante.
¿No es algo simplista? ¿Algo naif?
La psicología es política y a la (mala) psicología le interesa que la gente se sienta EXCLUSIVAMENTE responsable de lo que le sucede, pero este es el tema de otro artículo que tengo pendiente.
Todo sucede por algo.
Todo sucede por algo, es un claro ejemplo de tener locus fuera.
Cuando no entendemos por qué sucede una desgracia, decimos: Todo sucede por algo. No entendemos nada, y esperamos con el tiempo entender por qué sucedió algo. Es muy agradable pensarlo.
Normalmente pasa el tiempo y no sabemos por qué sucedió lo que sucedió, y a veces hasta nos da igual, porque ya estamos entretenidos con otras cosas. Otras veces construimos pensamientos mágicos o explicaciones donde las cosas suceden, para que sucedan otras.
El acontecimiento X, sucedió para que:
- Yo me diera cuenta de…
- Yo conociera a…
- Yo aprendiera a valorar…
Construimos una explicación a medida de nuestros deseos. Pero no olvides que SON PERCEPCIONES Y NO REALIDADES.
Imagínate: Te deja tu pareja, además te ha sido infiel, y además con tu mejor amigo/a.
¿Pero por qué ha sucedido? ¿Cuál es la causa? ¿Cómo es posible?
La causa, es siempre multi-causa.
¿Por qué tu marido después de quince años te fue infiel?
¿Por qué tu hijo está gravemente enfermo?
¿Por qué estás durmiendo en la calle?
¿Por qué consumes tanto alcohol?
¿Por qué sientes eso tan horrible?
¿Cómo es posible que…?
La causa, es siempre multi-causa.
Conclusiones y propuestas:
Por pura lógica te animo a:
- Identificar dónde tienes el locus.
- Si es interno, ¡Enhorabuena! Tendrás una mejor autoestima y seguramente menos estrés. No tienes suerte, te lo has currado.
- Si es externo, intenta analizar qué papel tienen tus actitudes, habilidades y conductas en tus éxitos y tus fracasos. No le eches la culpa sólo a tus padres, a la sociedad…tú también tienes que ver.
- Si es externo, y sientes envidia cochina de tu amigo Rodrigo Gil de Biedma, perdónate la vida por no ser perfecto, tú y yo sabemos que ese cochazo se lo ha comprado su papá o su mamá y que Rodri siembre fue un cenutrio. (#risas)
- Introduce el efecto de multi-causalidad cuando intentes entender por qué suceden las cosas.
Lucha, trabaja, intenta tomar buenas decisiones, usa la cabeza, pero si no todo sale bien, no eres el único responsable, la realidad, es que existen factores que tú no controlas.
El mensaje final: Te animo a explicaciones moderadas sobre los motivos por los que suceden las cosas. Los griegos –que lo sabían todo- defendían el aurea mediocritas o «dorado término medio» o «dorada medianía» o «moderación».
Como siempre y de forma muy moderada termino con mi pregunta favorita:
¿Hablamos?
PIDE CITA
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Se le llama causalidad.