Hasta el tío/a más duro/a cuando acabamos de empezar una relación podemos descubrirnos al teléfono jugando a ese juego interminable de:
-Cuelga tú.
-No tú.
-Venga los dos a la vez…una, dos..y..
-No has colgado.
-Ni tú.
-Venga cuelga tú.
-…
Este primer tiempo es una época de pasión, de arrebato sexual, de admiración, de creatividad para superar la adversidad…y también es un tiempo en que nos ponemos “mu tontos”.
Ortega y Gasset decía lo mismo pero mucho mejor en su libro “Estudios sobre el amor”: El enamoramiento es un estado inferior del espíritu, una especie de imbecilidad transitoria.
Después de esa época de mariposas y paroxismos pueden pasar muchas cosas diferentes; a veces, muchas, se rompe el amor:
Jamás pensamos nunca en el invierno
pero el invierno llega aunque no quiera
y una mañana gris al abrazarnos
sentimos un crujido frio y seco
cerramos nuestros ojos y pensamos…
Se nos rompió el amor…
de tanto usarlo.
El amor al contrario de lo que decía la más grande (Rocío Jurado) no se rompe de usarlo, sino de lo contrario. Se rompe de no hacer el amor ni con el cuerpo ni con el alma.
El amor se puede morir de aburrimiento, de exceso de pedos y pijama, de falta de escucha, de falta o exceso de palabras, de no pensar en el futuro y de pasarse el día pensando en el proyecto de vida.
El amor se precipita al vacío frente al desequilibrio.
El amor de pareja es el amor más delicado, frágil, enfermizo, vulnerable…requiere de saberes precisos, de fórmulas equilibradas donde unos elementos y sus contrarios se abrazan de forma perfecta.
Me viene a la cabeza la barra que lleva en los brazos el funambulista. La idea del autocontrol, de la apuesta…el amor es el lugar donde se pueden poner en valor la mayor parte de las virtudes humanas (o no).
Amar es un ejercicio de alquimia y equilibrio acrobático. De acercamiento y distancia, de intimidad e independencia, de poder y sometimiento, de rutinas y sorpresas, de palabras y de silencios…el invierno llega y hay que estar preparados.
Hay personas que ya cayeron del alambre y siguen “juntas” por rutina, por miedo a la soledad, por dificultades económicas…Saben que deben separase y no lo hacen.
Estar juntos –muchos años- no significa quererse y mucho menos sinónimo de éxito personal.
Entre ellas ya no hay equilibrio, sólo extremos, círculos viciosos y un deseo –reconocido o no- a que el sea el otro/a el que nos deje.
¿Por qué no me manda a la mierda? ¿Por qué no me dice que ya no me quiere? ¿Por qué no se va?
Quizás la pregunta sea: ¿Por qué no me voy yo? ¿Qué me pasa que no me muevo?
La pareja discute en bucle contrario al inicial, el bucle contrario al de cuelga tú…discuten para ver quien deja a quien –primero-.
Saben que deben dejar a su pareja, pero quieren ser dejados/as.
Prefieren que sea el otro/a quien tiró la toalla, quien nos abandonó, quien no supo ver nuestro valor, el malo/a, el traidor/a, el/la violento/a, el/la ciego/a, el/la que se lo pierde…es una pelea para ver quién es la víctima, para ver quién quiso hasta el final.
Como le decía Víctor Manuel a Ana Belén en el año pum:
Quien puso más, los dos se echan en cara
quién puso más, que incline la balanza
quién puso más calor, ternura, comprensión
quién puso más… quién puso más amor.
Estas es son preguntas sin respuesta, pero otras si la tienen. TÚ SABES SI HAY SOLUCIÓN A LO QUE TE PASA CON TU PAREJA.
Si sabes que te tienes que separar, pero no te atreves a romper lo que ya está roto, quizás sea una buena idea ir a terapia individual para pensar sobre tu bloqueo.
Si al final no vienes a verme te doy una pista.
Romper una pareja es aprender a tolerar la idea de que el otro/a sacará sus propias conclusiones sobre quien fuiste. Que hablará de ti a otras personas y parejas como una equivocación, como un “sin sentido”, como un cabrón/a, pirado/a… que contará su versión y seguramente a su manera.
Quizás seas tú quién debe colgar el teléfono, cerrar la puerta, vaciar los cajones…decir adiós. Aceptar –de una vez- que se os rompió el amor, que ya no os queréis… y punto. Aunque duela.
No importa: ¿Quién dejo a quién? ¿Quién puso más amor? Importa que NO pase la vida, salir del bucle.
Cierro con una frase que escuché en consulta hace unos meses:
“A veces para ser mejor…te tiene que doler”.
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Hola buenas tardes, estaría interesada en la terapia individual de pareja y querría saber precio.
Muchas gracias
Un saludo
Hola María. Te he mandado un e-mail con la información. Un saludo y muchas gracias por tu interés.