Del mismo modo que existen personas con intolerancia a la lactosa podemos decir que existen también personas con una intolerancia al malestar emocional.

Ser asertivo tiene mucho que ver con aprender a tolerar algunas emociones como la culpa, la vergüenza o la ansiedad.

Ser asertivo es de los objetivos más demandados en los procesos terapéuticos por eso me he decido a escribir este artículo. Espero que sea de utilidad a alguno de mis clientes y para todos aquellos que habitualmente terminan haciendo cosas que no quieren hacer.

 

EL TIRO TRIPLE EN EL ÚLTIMO MINUTO: “…Y SER MÁS ASERTIVO”

Os cuento una escena repetida en los minutos finales de la primera sesión. Digo -como parte del encuadre de trabajo-:

Cuando uno va a terapia tiene que saber a qué viene ¿Sabes lo quieres conseguir?

Las personas suelen responder una lista de cuatro o cinco cosas…” y con la misma actitud con la que se tira un triple en un partido de baloncesto en el último segundo dicen:

“…y ser más asertivo; me cuesta muchísimo decir que no”

De alguna manera es un objetivo inherente al hecho de estar vivo. Todos queremos relacionarnos con los demás en términos de “igualdad de derechos”; sin que nadie abuse de nosotros.

Igualdad es quedar unas veces en tu barrio y otras en el mío. También podemos quedar a “mitad de distancia”.

 

NI PASIVO, NI AGRESIVO

De nuevo el equilibrio es la clave. La asertividad es el punto medio entre la pasividad y la agresividad.

Imagina que un amigo te pide un dinero que SÍ tienes, pero que NO quieres prestarle.

Ser pasivo es decirle, claro que sí, y te rascas el bolsillo, mientras piensas lo tonto o lo débil que eres.

Ser agresivo, es responder de manera altiva, humillante, sarcástica…mientras te llenas de rabia y minutos más tarde piensas que quizás te has pasado de heavy metal.

Ser asertivo seria empatizar con su situación y decir de forma tranquila y sin justificarse demasiado que prefieres no dejar dinero a los amigos.

Ser asertivo en parte es una habilidad de comunicación, pero también es una capacidad de mantener tu decisión.

En este caso si dices que NO, pero finalmente prestas el dinero, no eres asertivo. Se siente.

NEGOCIANDO NECESIDADES

Otra opción, intermedia es negociar “las condiciones del préstamo”.

Mucha de la bibliografía sobre asertividad está también relacionada con habilidades de negociación. No haces del todo lo que quieres, pero sí negocias de forma asertiva. Por ejemplo:

Te ayudo a hacer la mudanza, pero a las 14 me tengo que ir.

Cuido de mis sobrinos, pero me tienes que dejar todo preparado para cuando yo llegue: bañados, cenados y con la película que van a ver ya elegida por ellos.

Te dejo el dinero, pero con el compromiso de que el día uno cuando cobres la nómina me hagas la transferencia sin tener que recordártelo.

La negociación perfecta, es la llamada win to win (ganar, ganar) donde ambas partes consiguen lo que quieren.

A veces lo explico con el clásico ejemplo de las vacaciones de pareja de la quincena de verano: siete días a la montaña y siete al mar.

Soy de letras y no creo en los decimales. Siete más siete, quince.

 

¿POR QUÉ NOS CUESTA SER ASERTIVOS?

Respondo rápido. Somos adictos del afecto.

Afecto es igual a amor, aceptación, buena opinión…

Sigo respondiendo rápido: Somos fans de lo fácil y de la tranquilidad.

Fácil es igual a: sin tensión, sin enfrentamiento, sin negociar, sin culpa, sin vergüenza, sin defendernos…

Más breve no puedo ser.

Ser pasivo, es a corto plazo menos tenso, el camino fácil.

Ser agresivo es reprobable y nos hace sentir culpables. Esa culpa es pertinente y necesaria para el orden social. Lo digo porque la culpa tiene mala prensa y alguien tendrá que defenderla.

La respuesta más habitual ante el abuso es la pasividad.

Aprender a decir que No, es aprender a decir Si a tus deseos y necesidades.

 

¿CÓMO DEFINO LA ASERTIVIDAD?

Es una definición incompleta, pero de gran utilidad terapéutica.

Me he inventado esta definición para explicar con rapidez el meollo de la cuestión.

ES LA CAPACIDAD DE TOLERAR EL MALESTAR QUE PROVOCA HACER LO QUE UNO QUIERE, PUDIENDO HACER LO QUE EL OTRO QUIERE.

Ser asertivo consiste en un ejercicio de aguante de la tensión, la culpa, la vergüenza, la ansiedad que te provoca defender tu necesidad, en igualdad de condiciones que la necesidad del otro.

A mí que me pirran las frases lapidarias, si tengo ocasión suelta eso de:

SER UN ADULTO ES APRENDER A DECEPCIONAR.

Ser asertivo es también aprender a decepcionar, a no cumplir con las expectativas de los demás.

 

NO TE ENFADES CON EL PSICÓLOGO, NI CON TU PROFESOR DE MÚSICA

¿Cómo se aprende a ser asertivo? Me preguntan.

Y respondo: De la misma manera que se aprende a andar: andando.

No te enfades con el psicólogo. Ya sé que quieres: la herramienta, el truco, la técnica…pues no hay.

La asertividad se entrena. Del mismo modo que se aprenden otras habilidades.

Imagina que el primer día de conservatorio le dices a tu profesor de violonchelo:

Maestro, quiero dar un concierto e interpretar el Canon en re menor de Pachelbel.

Y el maestro te dice:

Es posible, pero tendrás que practicar durante un tiempo y ser paciente. Habrá días duros y te equivocarás muchas veces, hasta que poco a poco consigas interpretarla de una manera aceptable. Después tendrás que seguir practicando, hasta que estés preparado para el gran día.

¿A qué no te enfadas?

Si que existen algunas pautas o consejos, que algunos llaman técnicas asertivas, pero la base es aprender a tolerar la tensión que provoca.

Con el tiempo, la tensión puede llegar a desaparecer si repites una y otra vez el ejercicio.

Siguiendo la analogía de la música, una nota debe ir después de otra.

Ser asertivo es también una secuencia, pero mucho más simple que la obra de Pachelbel.

 

¿Y SI ME DEJAN DE QUERER?

Es una posibilidad. Puede ser que alguien al ser asertivo se ponga agresivo, manipulativo, condescendiente, amenazante…puede ser. Es una posibilidad.

Eso es ser asertivo; aprender a tolerar esa posibilidad. A veces es aprender a tolerar el hecho de no gustarle al otro.

Por si te ayuda pregúntate si es un “buen amor” el de alguien que siempre quiere poner sus necesidades por encima de las tuyas y se enfada si no cedes.

Lo más habitual es que seas asertivo y te sigan queriendo. Las personas asertivas suelen ser bien valoradas por los demás, porque ser asertivo resulta atractivo.

Recuerda que ser asertivo es decir y hacer lo que deseas de una forma amable.

Ser firme, claro, directo y amable, y estas cuatro cosas al mismo tiempo, suele ser una buena estrategia para decir que NO.

A veces el humor, o tener cierta gracia para rechazar la presión de otro, también puede ayudarte.

 

¿Y SIEMPRE TENGO QUE SER ASERTIVO?

Te respondo a la gallega: ¿Y siempre tengo que ser perfecto? ¿Y no me puedo equivocar nunca?

Uno de los derechos asertivos es también no serlo a veces.

Pues eso, no te fustigues si un día pagaste unas cervezas fuera de tu ronda o si decidiste hacerle un favor a tu hermana cuidándole a los niños.

No pasa nada por ceder alguna vez, pero no siempre.

A veces, si te sientes cómodo puedes tomar una actitud más sumisa; al igual que hacen los perros cuando se tumban para que el líder de la manada le rasque la barriga.

Las relaciones a veces son juegos de poder y dominación, a veces en pareja, en la familia, en el trabajo…cedemos para evitar males mayores o para obtener otro beneficio a medio o largo plazo.

Las relaciones no dejan de ser estrategias más o menos conscientes para satisfacer necesidades, pero acuérdate de ir echando las cuentas. Si eres pasivo siempre, lo más fácil es que un día la líes parda.

Si no consigues poner en valor tus deseos y necesidades, te animo a seguir entrenando la tolerancia al malestar.

Recuerda que también hay una progresión, se empieza diciendo:

NO QUIERO OTRO CUCHARON DE COCIDO

y se puede terminar defendiendo grandes derechos y libertades.

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Soy Experto en Psicoterapia Breve Individual y de Pareja. Licenciado en Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y Master en Sexología por la Universidad de Alcalá. Estoy acreditado oficialmente como Psicólogo Experto en Coaching (PsEC)® Nº 69 Madrid. Hago Psicoterapia Breve Centrada en Soluciones en consulta privada, doy clases y escribo. Si quieres más información estaré encantado de atenderte.

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