Hace más de 10 años trabajé en la Unidad de Orientación a la Familia, recurso público extinto de la Comunidad de Madrid. Era un servicio fantástico, hacíamos “mucho bien”.

¡Qué pena me da recordar ese recorte!

En términos presupuestarios no era caro, pero se recortó. Supongo que la Consejería de turno consideró que era más importante hacer anuncios de televisión o rotondas. Donde haya una buena rotonda que se recorte lo que haya que recortar.

¡Vivan las rotondas!

Hacíamos terapia de tiempo limitado o terapia breve. Atendíamos a familias, parejas e individuos en crisis en tan solo cuatro sesiones. A veces en casos más complicados hacíamos alguna trampa, y doblamos el expediente y llegamos a ocho, pero no más.

¡Eso sí que era terapia breve!

Con solo cuatro u ocho sesiones obteníamos buenos resultados según las evaluaciones y seguimientos que hacíamos telefónicamente pasados al menos seis meses.

Los psicólogos/as que trabajamos allí aprendimos mucho por la gran variedad de casos atendidos y también por la cantidad. Al año cada uno atendía una media de 200 casos; era psicología a destajo…y lo digo en un sentido positivo. Sumamos muchas horas de vuelo. Hicimos callo. Perfeccionamos estrategias de intervención muy efectivas y eficaces.

Os cuento una. A veces las técnicas más sencillas son las más potentes. Se llama:

¿Qué hay detrás del grito -de mi hijo adolescente-?

Voy a poner un ejemplo sobre adolescentes, pero esta estrategia que os expongo es aplicable a otras dinámicas familiares, laborales o de amistad y a otras conductas diferentes al grito.

Es decir, la conducta gritar se puede cambiar por otra, y el sujeto que ejecuta la conducta también podemos modificarlo.

 

OS CUENTO EL ORIGEN DE LA TÉCNICA.

 

Trabajábamos con muchos padres y madres bloqueados y perplejos con la transformación del dulce y encantador “niñito” en perverso, egoísta, sexualizado, tirano, rebelde y desagradecido adolescente.

Se repetía sesión tras sesión la frase esa de mi hijo me grita sin cesar, todo son gritos…me grita por todo, está tan tranquilo y de repente se pone a gritarme.

A pesar de contar con tan solo 4 sesiones asentíamos en la primera sesión con cara de psicólogo y dejábamos que se desahogarán. Saber poner cara de psicólogo es importantísimo y todos necesitamos desahogarnos.

Después intentábamos que salieran de la rabia y la incomprensión a través de una simple tarea que tenían que hacer en casa. Pedíamos que nos disculparan un momento, saliamos del despacho y volvíamos con una hoja fotocopiada y se la entregamos como tarea.

La hoja tenía varios logos, algún dibujillo, pero la herramienta era solo una pregunta, una pregunta muy poderosa: ¿Qué hay detrás de sus gritos?

Yo les contaba que los gritos, igual que el inglés, el coreano, o el francés, se pueden traducir al español.

Les decía que cuando gritaban querían decirnos algo. Que tenían que intentar averiguar qué era. Les pedía que observaran a su hijo, que intentaran descubrir el enigma. Los gritos encerraban un mensaje.

Ya sabes que donde digo grito, digo silencio, apatía, dificultad para relacionarse…lo que sea.
¿Qué hay detrás de eso que no entiendes? ¿de eso que te preocupa?

DESCUBRIR ENIGMAS

 

Con los años, como nada me gusta más que reírme e inventarme siglas, a mis clientes les digo que vamos a desarrollar una estrategia basada en prestigiosos estudios de las más prestigiosas universidades prestigiantes -siempre estadounidenses o británicas-, llamada:

EPPH o Estrategia Pararse a Pensar Hipótesis.

Parece que para que algo sea molón es necesario bautizarlo con unas buenas siglas y si no lo dice una universidad nadie se lo cree. 

El grito es un telón de acero, no es fácil oír y ver lo que hay detrás.
Las respuestas serenas de algunos padres demostraban competencias propias de un buen psicólogo.

El psicólogo dice:

Piénsalo tú ¡venga! ¡qué tú puedes!

¿Qué hay detrás? ¿Qué le pasa? ¿Qué siente? ¿De dónde viene tanta rabia? ¿Y las lágrimas? ¿Por qué te abraza y luego te grita?

En el fondo, esto no se lo contéis a nadie, da igual si las hipótesis eran ciertas o no, lo importante es que el padre o la madre, se paraba y pensaba. Salían de esa actitud de “esto es un ataque personal hacia mí”; “es un desagradecido”; “un malcriado”.

He dicho «da igual» porque soy un exagerado, pero lo más importante de esta estrategia es: 

PARAR Y PENSAR

Apagamos el cerebro emocional y encendíamos la zona frontal del cerebro… y todo, con una pregunta poderosa.

Si te das cuenta este ejercicio no solamente sirve para los adolescentes y sus gritos. Sirve para todo.

La pregunta y la respuesta no es propiedad de los psicólogos; tú puedes hacerla y tú también puedes responder:

¿Qué hay detrás de esta conducta de tu pareja, amigo, madre…?

QUÉ HAY DETRÁS DE….
• ese tono de voz cansado.
• de que le cueste proponerme planes.
• de esa actitud defensiva.
• de esa necesidad constante de confirmar que le entiendo.
• de ese extraño e imperturbable optimismo.
• de esa manera de vestir tan pulcra.
• de ese miedo a que se rían de él.
• de esa forma de comer.
• de esa elección constante de “parejas-desastre”.
• del miedo recurrente a equivocarse.
• de ese caminar acelerado.
• de esa verborrea.
• de la búsqueda de nuevos objetivos y retos sin pararse a descansar y celebrar sus logros.

¿QUÉ HAY DETRÁS?

Algo DEBE explicar todas estas conductas. Responder a esta pregunta te ayudará a relacionarte y a conocer mejor a los demás.

Recuerda que puedes descubrir los enigmas, entender mejor al otro…pero que eso no te condena a mantener una actitud de incondicional comprensión. (Si quieres saber más, lee mi artículo: MUCHA EMPATÍA, POCA DIVERSIÓN Y DEMÁS DESEQUILIBRIOS.

Si te paras y piensas y elaboras hipótesis sobre ti mismo, también puede ser una forma de autoconocimiento.

Observa el uso del plural: hipótesis.
Recuerda: Todo es multicausal y, por tanto, todo se aborda desde la multi-solución.

Detrás de esta conducta, hay siempre varias explicaciones validas.

Párate y piensa por lo menos en cuatro hipótesis de esa conducta que no logras entender de ti o de los demás.

Párate y piensa

¿Qué hay detrás?

Responde a la pregunta. No te vayas por las ramas. Cuatro hipótesis. Redáctalas.

¡Lo ves! Sí sabes. 

Recuerda que sabes más de lo que crees.

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Soy Experto en Psicoterapia Breve Individual y de Pareja. Licenciado en Psicología en la Universidad Complutense de Madrid y Master en Sexología por la Universidad de Alcalá. Estoy acreditado oficialmente como Psicólogo Experto en Coaching (PsEC)® Nº 69 Madrid. Hago Psicoterapia Breve Centrada en Soluciones en consulta privada, doy clases y escribo. Si quieres más información estaré encantado de atenderte.

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